lunes, 4 de abril de 2011

Enfoque ecologico del desarrollo sustentable

El término desarrollo sustentable reúne dos líneas de pensamiento en torno a la gestión de las actividades humanas: una de ellas concentrada en las metas de desarrollo y la otra en el control de los impactos dañinos de las actividades humanas sobre el ambiente
De acuerdo a lo establecido en el artículo 3° de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en la fracción XI se define al desarrollo sustentable como “el proceso evaluable mediante criterios e indicadores de carácter ambiental, económico y social que tiende a mejorar la calidad de vida y la productividad de las personas, que se funda en medidas apropiadas de preservación del equilibrio ecológico, protección del ambiente y aprovechamiento de recursos naturales, de manera que no se comprometa la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras”.

Una gran parte de la literatura disponible refleja un fuerte sesgo ecologista que tiende a reducir el concepto a la mera sustentabilidad ecológica o a un desarrollo ecológicamente sostenible, preocupándose solamente de las condiciones ecológicas necesarias para mantener la vida humana a lo largo de las generaciones futuras. Aunque este enfoque es útil, es claramente reduccionista por no considerar las dimensiones social, política y económica. Además, tiende a globalizar la situación prevaleciente en los países desarrollados ignorando las condiciones socioeconómicas que dominan el escenario mundial; es decir, supone una igualdad de situaciones a nivel mundial, desentendiéndose del aspecto distributivo. Esta resistencia a incorporar aspectos distributivos, tanto en el análisis económico como en la teoría del desarrollo, no es nueva, y no necesariamente viene de gente ajena a la economía y al desarrollo. Sin ir más lejos, sobre el Premio Nobel de economía, paradójicamente originario de un país en desarrollo, Sir Arthur Lewis escribía en 1945: «debe observarse ante todo que nuestro tema es el crecimiento y no la distribución».8
En este enfoque se distinguen al menos dos puntos de vista importantes. Uno enfatiza los límites ecológicos y la imposibilidad de crecimiento continuo en un planeta finito. El otro resalta la solidaridad con las generaciones futuras y, por lo tanto, la necesidad de preservar los recursos naturales y ambientales de modo que dichas generaciones dispongan de un máximo de opciones para maximizar su bienestar. Se argumenta que la generación presente tiene la responsabilidad moral de salvaguardar el capital natural para las futuras. A menudo este enfoque se complementa con la preocupación por los límites naturales.
Si el desarrollo se reduce a una magnitud económica de consumo material, es obvio que su expansión ilimitada no es posible. Si los límites naturales han sido alcanzados, cualquier presión adicional sobre el medio natural conlleva el deterioro o el agotamiento de sus recursos.
El crecimiento poblacional debe reducirse a cero, ya que cualquier incremento significa mayor consumo y, por lo tanto, presión creciente sobre recursos finitos, por consiguiente susceptibles de disminución. Dentro de esta perspectiva, la población o, más precisamente, su crecimiento, es una variable crucial 
     

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